Equidad de género


No necesitamos igualdad sino equidad.

El día de ayer ciertos comentarios acerca de acciones para visibilizar la violencia de género me hicieron reflexionar en que la violencia hacía la mujer ya no es algo que solo se deba denunciar sino algo que ya debiéramos tener más analizado y, por lo tanto, tener ya aterrizadas algunas propuestas al respecto.

Mi propuesta es acabar con la inequidad desde la gestación a través de la asistencia del varón a las charlas preparatorias al parto e implementar talleres para padres (pueden leer al respecto en mi petición en Change.org, aquí el enlace: Servicios de salud de calidad), para que así evitemos seguir asumiendo como una tarea exclusiva de las mujeres la crianza de los hijos, o el propio embarazo y la atención o cuidados del mismo.

Cuando recuerdo la emoción de mi pareja al escuchar el latido de nuestra hija durante la realización del primer ultrasonido me pregunto cuántos padres no tienen esa oportunidad, supongo que el apego podría comenzar desde antes y el asistir a estos estudios de laboratorio ayudaría mucho; es decir, más allá de visualizar a los hijos como solo una responsabilidad que “tienen que” cumplir, yo pienso a los hijos como un disfrute que es derecho de los hombres, tanto como de las mujeres.

En agosto de 2015 Manpower Group realizó a través de una empresa de consultoría un estudio global a 222 hombres y mujeres con liderazgo consolidado o emergente (pueden consultar el estudio en el siguiente enlace: 7 pasos hacía una inclusión consciente); de dicho estudio yo rescato los siguientes puntos:
 - La necesidad de una cultura laboral que no se base en la presencia física del empleado/a, y para ello Internet y las nuevas tecnologías son los aliados perfectos. Aunque no aplica para todas las posiciones de la empresa bien se pudiera manejar en las que, por sus características, sí lo permiten.
 - La necesidad de aplicar la negociación en la pareja, es decir, si el hijo enferma o hay reunión de padres en la escuela una vez voy yo (hombre) y a la siguiente tú (mujer), o visceversa.
 - Políticas justas para madres, tiempo y áreas de lactancia, poder llevar al bebé al trabajo (en los puestos que lo permitan).
 - Políticas justas para padres; como las licencias por paternidad o permitir las ausencias precisamente por atender asuntos relacionado con los hijos.
 - Integrar la vida y el trabajo como proyecto de vida.
 - Una revisión a la manera en que se miden los resultados en las empresas.
 - Cambia tú primero. Como bien indican quienes denuncian la violencia, nada cambia si no actuamos, pero el cambio que requiere la erradicación de la violencia debe partir de cada individuo, de des-normalizar la violencia y las diferencias de género tan arraigadas. Ciertamente no será sencillo ni rápido pero sin análisis ni propuestas seguramente tardará más, y eso nos lleva al siguiente punto...
 - ¿Por qué no? ¿Por qué no culturizamos a nuestro círculo social acerca de los beneficios de que los varones comiencen a solicitar permisos para atender a sus hijos o a apoyar a mujeres competentes en sus empresas, creando redes de trabajo profesionales y eficientes en donde todas las partes gocen de reconocimiento?

Les dejo el enlace a un artículo que habla de la clase de vida que queremos para México, y que solo se logra actuando como ciudadanos de calidad: El plan de Suecia para que los hombres tomen más licencia. Claro, no será hoy ni en diez años, pero si no comenzamos ya, el cambio se verá retrasado.

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