Cambio de queja a solicitud


A principios del año 2016 recibí, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la información de que, de continuar con mi caso como queja, lo único que podría lograr era que el Instituto Mexicano del Seguro Social revisara el caso y se atendiera en el sentido de la violencia obstétrica únicamente, es decir, como si mi bebé hubiese fallecido debido a la violencia obstétrica, cosa que es imposible asegurar debido a que ella padecía una falla genética y además no se le hizo la correspondiente autopsia por políticas del hospital (dijeron que no podían hacerla debido a que pesó más de 1 kilogramo al nacer, por supuesto no entendemos por qué eso es un impedimento).

Por otro lado, mi alegato de que mis derechos como madre fueron violentados al no permitirme ver a mi hija y poder despedirme de ella tampoco son validos pues no hay ningún documento donde se establezca que ver a mi bebé fallecida es mi derecho legal.

Es por eso que decidí cambiar el sentido de mi caso de Queja a Solicitud.

Así que se le hizo llegar al Visitador a cargo de mi caso la siguiente carta:

Hasta el momento me indican que es imposible emitir una recomendación del tamaño que yo pido; que es básicamente que se cree una mesa de trabajo en donde participen Instituciones de gobierno (SSA, IMSS, ISSSTE, INPER, etcétera), Instituciones del ámbito de salud privado (Asociaciones de hospitales privados), Académicos especialistas en las materias relacionadas (gineco obstetras, pediatras, psicólogos, etcétera) y Organizaciones de la sociedad civil.
Mesa en donde se analicen las causas y consecuencias no solo de la violencia obstétrica sino también de la inadecuada atención a las pérdidas gestacionales y perinatales, donde se propongan soluciones que consideren y respeten los derechos de pacientes y médicos, de los familiares de los pacientes, así como del personal administrativo de las unidades hospitalarias. Y donde no solo trabajen todos estos responsables y especialistas sino que además se reciban propuestas ciudadanas y las mismas sean evaluadas y consideradas para su posible aplicación.

Según me indica la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, para poder emitir una recomendación de "ese tamaño" se requieren más solicitudes en donde se pida lo mismo, y no solo que provengan de una región sino de todo el país. O dicho de otro modo: mientras no haya más "denuncias"  o solicitudes en donde se exija este cambio no se puede proceder. Me dicen que mi caso es el primero en dónde se pide esta mesa de trabajo, estos protocolos de atención a las pérdidas gestacionales y perinatales; básicamente no hay ningún otro similar. Así de tabú es el tema, así de "insignificante" se considera la muerte de un bebé, así de "normal" se considera la insensibilidad de los servicios sanitarios en nuestro país, así de doloroso es ejercer la reclamación en cuanto a nuestros derechos violentados durante la gestación, el parto, y/o la muerte de nuestros hijos.

También me han explicado que mi caso ya tuvo conclusión con ellos y que fue remitido al Instituto Mexicano del Seguro Social para que ellos lo evalúen y me ofrezcan una respuesta al respecto. Por supuesto se le dará el correspondiente seguimiento ante el IMSS y se les mantendrá informados.


Aunque debo decir que me siento frustrada de lo poco que quizá podré lograr al darme cuenta que soy la única que ha solicitado esta clase de cambio, esta clase de mejora en los procesos, esto que considero que sería el inicio de un verdadero cambio de fondo; a través de la investigación, a través de la evaluación de propuestas, a través de la negociación con los otros, a través del respeto por quienes viven estas situaciones desde otras circunstancias y perspectivas. Entiendo que hace falta en nuestro país, no solo una cultura de la denuncia, sino una cultura de verdadera denuncia, analizada y que vaya por cambios reales y de fondo, y no solo por la búsqueda de un beneficio propio o una especie de "venganza."

Cuando me cuestionan por qué no demando al IMSS yo pregunto ¿qué ganaría con ello, quitarle tiempo y dinero al Instituto? (que de hecho es de lo que padece), no considero que esa sea una solución. Cuando entregue mi documentación para que se abriera mi caso, la CNDH habló de resarcir el daño; pero sé que no hay manera de que vuelvan el tiempo atrás y ahora sí, en el hospital, me permitan ver a mi hija, abrazarla, decirle cuánto la amo y despedirme de ella como yo lo deseaba.

Durante varias semanas trate de entender qué es "resarcir el daño" y me pregunté ¿de qué manera pueden "resarcirme el daño"?; la respuesta era obvia: ni con todo el dinero del mundo me pagan el tiempo al lado de mi hija, que siento como si me lo hubieran "robado".
Lo único que se podría equiparar es que no le hagan lo mismo a ninguna otra madre, que no sean tan insensibles con ningún otro padre. Y no hablo de obligar a nadie a ver a sus hijos aún si ellos no lo desean, sino de que las opciones deben existir; el personal médico debe ofrecer todas las alternativas y sugerir lo más sano, pero al final la decisión siempre debe ser de las madres y padres pues se trata de sus hijos. El problema es que no existen ni las opciones ni el conocimiento por parte del personal médico.

Gracias a todos los que han firmado, me ayudan mucho si siguen difundiendo la petición. Y a quienes no han firmado, les invito a leer toda la información en el siguiente enlace: Servicios de salud de calidad y protocolos a pérdidas gestacionales


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