¡Porque mi bebé está muerta!

A los pocos meses de haber fallecido mi bebita yo solicité mi expediente clínico en el hospital donde fui atendida, y encontré que en varios reportes de Intervenciones de enfermería se mencionaba que yo presentaba temor, aprensión, llanto, tristeza, desesperanza, aún antes de que mi hija hubiese muerto pues los médicos no encontraban la causa de su enfermedad y no daban muchas esperanzas; por ello es que incluso solicitaron valoración al área de tanatología para que mi estado emocional fuese atendido; nunca se presentó nadie.
Irónicamente en un par de reportes de Intervenciones de enfermería se indica que me ofrecieron “apoyo emocional y espiritual”, pero nadie me ofreció contención para poder comenzar a elaborar mi duelo; mencionaban incluso “manejo de confort” pero uno se pregunta a qué se refieren con "confort" pues yo solo quería estar aislada y no escuchar ni ver a nadie, y aunque todos los días constantemente cerraba la cortina que separaba la cama donde yo estaba del resto de la habitación, las enfermeras llegaban y lo primero que hacían era abrirla nuevamente, ni siquiera se molestaban en preguntar si me molestaba o no que la abrieran.

Se nos ofreció realizar la autopsia a nuestra hija con la finalidad de darnos una respuesta certera en cuanto a las causas que provocaron su fallecimiento, nosotros lo aceptamos; dijeron que nos darían el consentimiento para firmarlo pero nunca nos lo dieron, al final a mi esposo le dijeron que no podían hacerle la autopsia a nuestra bebé ya que nació pesando 1600 gramos. Nunca entendimos en qué afectaba su peso a la realización de una autopsia.

Para cuando me llevaron nuevamente a la habitación yo pedí ver a mi hija antes de que se la llevaran a Patología para la autopsia, pero las enfermeras solo decían t“déjeme decirle al médico”; revisaban el suero, administraban los medicamentos correspondientes, se iban y ya no regresaban sino hasta pasadas algunas horas.
Al día siguiente una enfermera me preguntó por qué no había ido aún a ver a mi bebé, yo le expliqué que eso era lo que quería y que ya se lo había pedido a sus compañeras pero que me habían dicho que “lo iban a ver con el doctor” y no regresaban. Ella también dijo “déjeme ver.” Ella tampoco regresó.

Un par de horas después llegó la “Hora de visita”, y mi esposo me rompió inintencionadamente el corazón y el alma cuando me dijo que la tarde anterior ya había ido la gente del servicio funerario por el cuerpo de nuestra bebita porque a él le dijeron que tenía solo 24 horas para retirarlo.
Peor aún fue que al siguiente día otra enfermera me preguntó si había dado a luz, contesté que sí, preguntó si ya había ido a ver a mi bebé y yo respondí que no, luego me pregunto de muy mal modo “¡¿Por qué no ha ido?!”, le conteste entre dientes “¡Porque mi bebé está muerta!”.
Incluso al día siguiente otra enfermera preguntó exactamente lo mismo y en el mismo tono de regaño, de exigencia, de prejuicio “¡¿Por qué no ha ido a ver a su bebé!?”; en esa ocasión respondí levantando la voz “¡Porque mi bebé está muerta!”, ella solo contestó sorprendida “Disculpe, es que aquí no dice nada y debemos preguntar, es nuestro trabajo”, yo solo pensé para mis adentros “pues vaya mierda de trabajo el tuyo.”

Muchas mujeres han sufrido lo que yo y muchos padres lo que mi esposo. La necesidad de protocolos de atención al fallecimiento de un bebé en los hospitales es innegable. El enlace que hoy les comparto debajo de estas líneas demuestra que con buena voluntad se pueden implementar los procesos necesarios para atender estas pérdidas.

«El llanto de una madre cuando le dicen que su hijo ha nacido muerto es desgarrador»

Puedes firmar la petición en Change.org a través del siguiente enlace: Servicios de salud de calidad, implementación de protocolos por pérdidas gestacionales